Indigencia en Colombia
Publicado el mayo 11, 2011 por nilo07
En Colombia a Diario se ve un marginamiento social en donde
predomina la falta de oportunidad, muchos llegan a la ciudad en busca de nuevas
posibilidades, pero lo que se encuentran es una jungla o selva de cemento, en
donde el diario vivir se hace cada dia mas pesado, otros llegan por
marginamiento de la guerra pues fueron desplazados de sus lugares de origenes,
segun un estudio realizado en ibague se encuentran aproximadamente 100
indigentes muchos venideros de otros lugares, y la gran minoria son oriondos de
ibague rechazados por sus familias a causa del consumo de drogas psicoactivas o
simplemente por demencia natural, en este grupo internamente nos encontramos
con niños, niñas, jovenes, ancianos y edades promedias, pero lo mas tetrico es
que el gobierno no hace nada para ayudar a este tipo de sociedades las cuales
son seres humanos iguales que nosotros, hermanos de un mismo pais, donde la
indiferencia nos carcome y nos sumerge en un estado de shock, en donde lo que
pasar por nuestros ojos se convierte en algo natural, y no le prestamos mayor
importancia.
Crece el drama de los indigentes de Bogotá
26 de abril de 2005
Bogotá, Colombia – Después de varios años de problemas, el
antiguo sector de La Calle de Cartucho -ubicado en el centro de Bogotá y a
pocas manzanas de la Plaza de Bolívar- finalmente se ve libre de los indigentes
que la habitaban desde hace mas de 30 años para dar lugar a la fase definitiva
de la construcción del Parque Metropolitano Tercer Milenio.
El desalojo de los indigentes ha provocado protestas de la
ciudadanía de Bogotá, quienes ahora temen más por su seguridad debido a la
amenaza potencial que los indigentes representan ahora que están en toda la
ciudad como el robo a establecimientos comerciales y la invasión del espacio
público afectando la tranquilidad de los habitantes de urbanizaciones como
Colseguros y Usatama, así como al barrio Cundinamarca -en el centro-occidente
de la ciudad-. Los habitantes de éstas zonas bloquearon en acción de protesta
la carrera 30 entre calles 19 y 22. El incidente se resolvió mediante una
improvisada negociación sobre la reubicación de los indigentes de la antigua
Calle del Cartucho.
Entretanto, entre los propios indigentes reina la paranoia,
la desconfianza y la necesidad, debido a la discriminación percibida por ellos
de parte de la ciudadanía y de las autoridades.
Este incidente ha puesto de manifiesto las cifras alarmantes
sobre la mendicidad en Bogotá (cercanas al 30%). Los habitantes de la calle,
entre quienes se encuentran niños abandonados, desplazados por la violencia,
personas comunes en desgracia, recicladores y drogadictos, ahora no saben en
realidad cuál será su futuro como grupo, pues sólo hasta ahora las autoridades
empiezan a plantear soluciones para tratar de una vez la erradicación de este
problema
Medición de la indigencia
El concepto de 'línea de indigencia' procura establecer si
los hogares cuentan con ingresos suficientes como para cubrir una canasta de
alimentos capaz de satisfacer un umbral mínimo de necesidades. De esta manera,
los hogares que no cuentan con ingresos suficientes para adquirir esa canasta
son considerados indigentes. Se establece una Canasta Básica de Alimentos (CBA)
determinada en función de los hábitos de consumo de la población y de los
requerimientos normativos kilocalóricos y proteicos. Una vez establecidos los
componentes de la CBA se los valoriza con los precios relevados por un Índice
de Precios al Indigente. El valor de la CBA es la Línea de Indigencia.
Así mismo, se puede considerar que las personas cuyos recursos
son iguales o inferiores al salario mínimo son indigentes pero en diferente
medida. las necesidades que no son satisfechas de forma total y eficiente, son
problemas solucionados a medias.
Dado que los requerimientos nutricionales son diferentes
según la edad, el sexo y la actividad de las personas, es necesario hacer una
adecuación que refleje las características de cada individuo en relación a esas
variables. Para esto se toma como unidad de referencia al varón adulto, de 30 a
59 años, con actividad moderada. A esta unidad se la denomina “adulto
equivalente” y se le asigna un valor igual a uno. Se calcula la equivalencia
con respecto a esa unidad para cada integrante del hogar. Al total familiar
obtenido se lo multiplica por el valor de la canasta del adulto equivalente. El
valor resultante se compara con el ingreso del hogar, si éste es menor, se dice
que se encuentra en una situación de indigencia.
Sin embargo, estas variables resultan muy simples para medir
el verdadero impacto que tiene la indigencia y más en estos tiempos en los que
la cada vez las condiciones son más difíciles y generan nuevos problemas.
Metodología de medición de la pobreza y la indigencia
MIDEPLANEl método utilizado por MIDEPLAN para estimar la pobreza es el
"método del ingreso" o "del costo de las necesidades
básicas", que es el método más utilizado internacionalmente.
De acuerdo con este método, a un individuo se le considera
pobre si su nivel de ingreso se sitúa por debajo de un nivel mínimo que le
permita satisfacer sus necesidades básicas; e indigente, si éste no le permite
satisfacer sus necesidades alimentarias. Estos mínimos se denominan "línea
de pobreza" y "línea de indigencia" respectivamente.
Así, estas líneas constituyen el límite entre quiénes son
pobres y quiénes no lo son y entre quiénes son indigentes y quiénes no lo son.
La línea de pobreza representa el ingreso mínimo necesario
por persona para cubrir el costo de una canasta mínima individual para la
satisfacción de las necesidades básicas, alimentarias y no alimentarias.
Se considera en situación de pobreza a aquellos hogares
cuyos ingresos son insuficientes para satisfacer las necesidades básicas,
alimentarias y no alimentarias, de sus miembros.
La línea de indigencia representa el ingreso mínimo necesario
por persona para cubrir el costo de una canasta alimentaria. Se considera en
situación de indigencia a aquellos hogares que, aun cuando destinaran todos sus
ingresos a la satisfacción de las necesidades alimentarias de sus integrantes,
no lograrían satisfacerlas adecuadamente.
Operativamente, un hogar es pobre cuando su ingreso per
cápita es inferior a 2 veces el valor de una canasta básica de alimentos, en la
zona urbana, y a 1,75 veces, en la zona rural, donde los gastos en servicios
tienen menor importancia. Un hogar se considera indigente si su ingreso per
cápita es inferior al valor de una canasta básica de alimentos. El valor de la
canasta de alimentos en la zona rural es inferior a su valor en la zona urbana.
Para estos efectos, el ingreso del hogar se define como la
suma del ingreso autónomo del hogar, las transferencias monetarias que recibe
el hogar del Estado y una imputación por concepto de arriendo de la vivienda
cuando ésta es habitada por sus propietarios.
El ingreso autónomo, también llamado ingreso primario, se
define como todos los pagos que recibe el hogar como resultado de la posesión
de factores productivos. Incluye sueldos y salarios, ganancias del trabajo
independiente, la autoprovisión de bienes producidos por el hogar, rentas,
intereses, pensiones y jubilaciones.
Las transferencias monetarias son todos los pagos en dinero
provistos por el Estado. Incluyen las pensiones asistenciales (PASIS), los
subsidios de cesantía, los subsidios únicos familiares (SUF),
Persona sin hogar
Saltar a: navegación, búsqueda No debe confundirse con
vagabundo.
Una persona sin hogar o indigente (o, en plural y en
términos que se consideran menos discriminadores y más políticamente correctos,
personas sin hogar o "los sin techo" o personas en situación de
calle) a aquella(s) persona(s) (menores o adultos y de cualquiera de ambos
sexos) que carece(n) de un lugar permanente para residir y se ve(n) obligada(s)
a vivir a la intemperie, ya sea en la calle, en los portales de viviendas, etc.
Este problema es más acentuado en las grandes ciudades y suburbios (es un
fenómeno que no se observa en los pueblos ni en el campo) y temporalmente en
albergues, a causa de una ruptura encadenada, brusca y traumática de sus lazos
familiares, sociales y laborales.
El miedo a revivir situaciones traumáticas suele provocar en
esta persona rechazo (de distintos grados, según la persona) a volver a
intentar llevar una vida laboral y a rehacer relaciones familiares y sociales.
También la extrema indigencia a la que le conduce esta
situación es un obstáculo para ello.
Persona sin hogar es el nivel máximo de exclusión social y
marginación que realiza una sociedad moderna.
Terminología
Persona sin hogar durmiendo a la intemperie en la zona de
Callao de Madrid en enero de 2006.A lo largo de la historia las personas que se
hallan en estas condiciones han recibido distintos nombres, entre otros los
siguientes:
mendigos: se trata de un concepto que se
considera incorrecto, ya que sólo una minoría de estas personas ejerce la
mendicidad de forma habitual;
carrilero: se refiere a las personas que
recorren los carriles y que también vagabundean, no sólo entre las calles, sino
entre ciudades; tampoco es generalizable, aunque haya personas sin hogar que sí
cambian de lugar con cierta frecuencia, hay otras muchas que no lo hacen;
transeúntes: es un término probablemente tan
incorrecto como lo es vagabundo; pone especial énfasis en que la mayoría de las
personas sin hogar viven en las calles; no tiene por qué ser así, porque
algunas residen en albergues;
indigentes: es un término demasiado general, ya que
indigente también puede ser una persona que viva con su familia en una chabola
o una persona inmigrante con un trabajo precario; un indigente no tiene por qué
ver rotos sus lazos familiares y laborales de una forma tan extrema; además,
este término suele relacionarse con carencias más materiales, cuando
probablemente el problema más subrayado en las personas sin hogar no es la
indigencia, sino la falta de autoestima, de voluntad y de relaciones sociales;
sin techo: es un término muy utilizado en los
años recientes en los ámbitos académicos y periodísticos; subraya sobre todo la
carencia material de un lugar donde dormir, pero se considera que las personas
sin hogar tienen muchas más carencias como son las relaciones familiares, las
relaciones sociales y la vida laboral. Además, el término sin techo también
podría englobar a personas tan dispares como los pastores nómadas o cualquier
grupo de población que viva a la intemperie;
personas en situación de calle: se refiere a
las personas que habitan en las calles y transitan desde hospederías y
residencias solidarias hacia la calle y viceversa; son personas que hacen de la
vida en la calle un espacio vital de desarrollo de la identidad; la mayor parte
de las ONG y muchas instancias gubernamentales utilizan este término;
persona sin hogar: buena parte del movimiento
asociativo español ha adoptado este término porque consideran[cita requerida]
que la carencia más grande no es sólo la de un techo, sino la de no tener una
familia y un trabajo, es decir, un hogar.
Causas
Una gitana sin hogar y su perro en las calles de Roma.Se
suele incidir en que las razones por las que estas personas se encuentran en
esta situación son rupturas de lazos de tres tipos:
Ruptura de lazos familiares y personales. No tienen una
relación habitual o no mantienen ya ningún contacto con su familia directa e
indirecta. Puede deberse a la muerte de uno o varios miembros, a una pelea
familiar, a la distancia que les separa, a una adicción, a una enfermedad o
trastorno físico o mental, etcétera.
Ruptura de lazos laborales. Las personas sin hogar no tienen
empleo o no tienen un empleo fijo que les proporcione ingresos estables.
Aunque, probablemente, lo tuvieron. Se calcula que un 10% de estas personas
tiene incluso estudios universitarios.
Ruptura de lazos sociales. La persona sin hogar (antes o
después de serlo) puede perder sus amigos o puede tener dificultades
institucionales (problemas judiciales o con la policía). Puede ser un proceso
gradual o una ruptura brusca porque sus amigos le den la espalda al no aceptar
su situación.
En psicología suele denominarse a estos acontecimientos
sucesos vitales estresantes. Se trata de rupturas que pueden y suelen
caracterizarse por tres rasgos:
Son encadenadas, es decir, una ruptura puede conducir a
otra. Por ejemplo, la pérdida del trabajo puede provocar que la persona pierda
los lazos familiares o, a la inversa, una fuerte ruptura familiar (por una
muerte, una pelea, un maltrato, una adicción) le lleva a la persona a perder
también el trabajo por no poder realizarlo correctamente debido a sufrir una
profunda depresión.
Son traumáticas. Provocan un alto sufrimiento psicológico en
la persona, de manera que su voluntad puede verse de tal manera debilitada que
no encuentra motivación para volver a rehacer sus lazos y llevar una vida
digna. Además, la vida en la calle suele agravar aún más esta apatía.
Son bruscas. Puede que la persona haya vivido varios grandes
traumas encadenados y alejados en el tiempo durante su vida, pero probablemente
uno de ellos le lleva directamente a la calle. Es decir, vivir en la calle no
es algo meditado, sino una solución precipitada para alejarse del dolor o la
única opción tras ser expulsada de su lugar de residencia habitual
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